MICTLÁN

Día de muertos, una de las festividades favoritas de nuestro país, día en el que se recuerda a nuestros difuntos por medio de anécdotas, fotografías y comida. Cada región del país tiene su propia versión de este festejo, donde en algunos lugares se acostumbra poner el altar, y en otros ir directamente al panteón con ofrendas para acompañar a los difuntos con rezos y reuniones familiares. Esta tradición festeja la muerte, nos enseña que al morir nuestras almas van a un más allá donde pueden trascender en paz, y se les da la oportunidad de visitarnos en estas fechas, por este motivo es tan importante para nosotros.

EL MICTLÁN

Si bien actualmente el día de los muertos es una de las tradiciones Mexicanas más famosas a nivel mundial, se dice que esta lleva celebrándose desde épocas prehispánicas, donde culturas como la Mexica adoraban a la muerte, a la cual le daban ofrendas para que sus seres queridos alcanzaran el descanso eterno, no sin antes pasar por El Mictlán. Para esa y otras etnias el Mictlán era el lugar a donde las ánimas llegaban, este sitio se dividía en 9 niveles, los cuales representaban las diferentes formas en las que pudieron haber muerto las personas.

LOS 9 NIVELES 

Según la creencia, el primer nivel del Mictlán se conforma de dos orillas y un enorme rio, en este nivel abundan perros de raza Xoloitzcuintle, los cuales son mandados por el dios Xolotl, gobernante del lugar. Se dice que los perros te ayudan a cruzar el río, sin embargo, si en vida la persona llego a maltratar a algún canino, el perro se negará a cruzarte y tu destino será vagar en la orilla del río por la eternidad.

El segundo nivel, cuenta la creencia, se conforma de 2 grandes cerros, los cuales se abren y cierran continuamente, por lo tanto, las almas deberán encontrar el momento exacto para cruzar sin ser aplastados. Este piso lo gobierna el dios Tepeyóllotl "el de las montañas y los ecos". Se dice que en el tercer nivel se encuentra como gobernante al dios Itztlacoliuhqui "el de los castigos", en este piso se encuentra un sendero de obsidiana, el cual desgarra a las almas mientras lo intentan cruzar, haciendo que arrojen en su lecho todas sus pertenencias, incluidas sus prendas.

En el cuarto y quinto nivel es el dios Mictlecayotlen el que gobierna ambos pisos. Para el cuarto nivel la nieve y el frío abundan, en este lugar las almas irán con cuidado entre la nevada o serán lesionadas por ocho collados de piedra cortante. Y para el quinto nivel, después de un frío congelante, llegarán a una zona totalmente árida y con un calor infernal, donde el movimiento será difícil, ya que ahí no existe la gravedad.

La creencia del Mictlán cataloga a los dos siguientes niveles como los más salvajes. El sexto nivel “lugar donde te flechan saetas” es gobernado por el dios Temimitecuhtli, como su nombre lo indica, este piso es un largo sendero donde se lanzaran flechas a las ánimas, las cuales tendrán que evitar o saldrán derramando sangre y no podrán ir más allá.  En el séptimo nivel, habitan fieras salvajes, las cuales intentaran comer el corazón de los difuntos, por lo que el gran reto ahí es evadir o luchar contra las criaturas sedientas de sangre que gobierna el dios Tepeyóllotl "el de los jaguares".

El lugar de las aguas negras es el octavo nivel, donde los muertos deberán nadar sobre ellas y dejar todas sus penas atrás para avanzar y salir de ahí. La diosa que gobierna este piso es Chalchiuhtlicue "la de los cuerpos de agua". Y por último, el noveno nivel, el de la espesa niebla, el cual los hace cegarse de vista, pero ver de corazón, reflexionar sobre sus buenas y malas decisiones en la tierra y dejarlo atrás todo para así poder seguir adelante y llegar al preciado Mictlán "la casa de los muertos" donde serán los dioses Mictecacíhuatl y Mictlantecuhtli los que los recibirán y darán alojo en ese lugar de descanso eterno.

 



























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